Y llamarás su nombre Jesús. Parte 1 de 6
(Publicado el 9 de marzo de 2011 en el sitio de la IPNJ Central Pereira)
Y llamarás su nombre Jesús Mateo 1:21
Este es uno de esos cuadros que muchos de nosotros tenemos en nuestras casas, algunas veces, sólo llenando un espacio en la pared. Me pareció interesante hablar un poco sobre él (un poco, ya que se podrían escribir páginas enteras de cada renglón).
Admirable: (Isaías 9:6). Si examinamos su paso por esta tierra, nos sorprendemos de principio a fin. Podemos escribir entre signos de admiración cada momento: ¡Nacer en un pesebre! ¡Prepararse 30 años para servir 3! ¡Servir y no ser servido! ¡Escoger «12 mortales» teniendo legiones de ángeles! ¡Hacer tantos milagros! ¡Cambiar la historia en 2 (A.C. y D.C.)! ¡Morir para darnos perdón! etc., Wow, ¡Y ni mencionar lo registrado en el Antiguo Testamento, antes de su manifestación en carne y lo que desde su resurrección ha hecho y sigue haciendo!
Consejero: (Isaías 9:6). ¡Cuántas veces nos equivocamos por no saber tomar una decisión correctamente! En los momentos donde debemos hacer una elección, ¿Qué mejor consejero que nuestro Dios? Él quiere lo mejor para nosotros, aunque no sea lo esperado por nosotros. Consultémoslo siempre. Antes de actuar.
Dios fuerte: (Isaías 9:6). Pienso en Sansón y se me ocurren varias cosas: Quizás en algún momento, él haya pensado que «su fuerza era suya» o quizás alguien piense que el secreto de su fuerza era su cabello. La Biblia enseña que el Espíritu de Jehová estaba con él. Ese era el secreto: Josué 13:24; 14:6; 15:14. Ese sigue siendo el secreto de la fuerza. Dios es fuerte. Jesús es Dios. Jesús es fuerte. Él está contigo, por tanto, tú eres fuerte, «Porque nadie será fuerte por su propia fuerza» 1 Samuel 2:9b.
Padre eterno: (Isaías 9:6): ¿Cómo puede alguien nacer siendo padre? Esto nos enseña que Jesús es nuestro Padre aún lo fue siendo niño y la palabra eterno indica que era Padre, es Padre y seguirá siendo nuestro Padre por siempre, si tú quieres por supuesto.
Príncipe de paz: (Isaías 9:6): Creo que más que pensar en la paz de la tierra, debemos comenzar por tener paz con Dios. No estar en guerra con Él, ¡Qué tremendo y escalofriante! Aceptar lo que Él disponga para nuestras vidas, aunque en algunos casos, esto nos aparte de nuestros seres queridos Mateo 10:34-38.
El santo de Dios: (Marcos 1:24): Si hay alguien que tiene autoridad para «predicar fuerte», ese es Jesús. Él sufrió las mismas tentaciones que nosotros sufrimos. Todas. No podría decir cuál o cuáles eran aquellas más difíciles de soportar para Él, pero sí que las soportó, Hebreos 4:15. En eso consiste la santidad: Ser fuertes en la tentación (que siempre llegan) y triunfar como Él.