Duele
(Publicado el 25 de septiembre de 2010 en el sitio de la IPNJ Central Pereira)
Duele ver que un hombre asesine a su esposa e hijos y luego se suicide.
Duele ver que un inocente encuentre una mina anti-persona y quede discapacitado de por vida.
Duele ver a los niños pobres y personas que no tienen qué comer.
Duele escuchar los titulares de las noticias en la televisión o leerlas del periódico.
«Afortunadamente en la ‘iglesia’ estamos bien y no tenemos esos problemas del mundo»… mmm… ¿Que, qué? Acabo de recordar que:
Duele ver que un «pastor» se lleve lo que le Dios ha dado a su pueblo.
Duele ver que entre «hermanos» se asesinen espiritualmente y parece que entre menos miembros haya en la congregación será mejor.
Duele ver que tantas personas se hayan encerrado en cuatro paredes (sin puertas) del templo y «así está mejor», nadie entra, nadie sale.
Bien recordó nuestro Maestro, lo que profetizó Isaías: «…Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí» Marcos 7:6b. Lenguaje directo, a Su estilo, sin rodeos. Lo que hoy llamamos «mensaje duro».
¿Qué es lo primero que haces cuando te duele una muela? Actúas ¿No? Y si no lo haces seguramente el dolor seguirá allí. Y vale aclarar que los problemas no están afuera de la esferita cómoda de una congregación y que tampoco vale ocuparse únicamente de los problemas que hay dentro de ella.
Él vino a buscar y a salvar lo que se había perdido Lucas 19:10 y nosotros queremos ser como Él, imitarlo a Él. Es cierto que tenemos muchas cosas que corregir a nivel personal y en nuestras congregaciones, pero se nos ha olvidado que hemos sido llamados para afectar. Afectar adentro pero también afuera.
¿Y es que tengo derecho a decir esto? No, yo no, pero Él sí, Aquel que actuó por judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, ricos y pobres, miembros de una congregación o no, es Él quien nos habla.
Quiere Dios que la próxima vez que algo te duela, no te quedes con ese dolor, sino que actúes para que desaparezca y que jamás te pase como a muchos, demasiados, incontables que como lo dice la canción:
«Duele ver… que ya no les duele».
Y a ti, ¿Aún te duele? Demuéstralo y no te quedes con el dolor. Sin quejas, con acciones.