2-1
(Publicado el 10 de junio de 2011 en el sitio de la IPNJ Central Pereira)
Para mí, en el fútbol, no existe un marcador más frustrante que el 2-1, claro, a menos que sea tu equipo quien marcó los dos goles, en cuyo caso, los frustrados serán los del otro equipo. Piénsalo, si perdiste 1-0 es distinto, porque con el 2-1 sabes que aunque te marcaron gol, tú también marcaste y pudiste ser quien marcó el segundo definitivo, es decir, si marcaste un gol, era posible marcar otro.
¿Y qué tiene que ver el fútbol aquí? Pues resulta interesante que del fútbol, podamos sacar tantas parábolas y aplicar a nuestra vida cristiana. Por ejemplo, hemos dicho que en un estadio, las personas, saltan, gritan, aplauden, cantan y se gozan con sus equipos de fútbol y cuando llega el gol, casi literalmente explotan en celebración; ¿No deberíamos nosotros con mucha más razón saltar, gritar, aplaudir, cantar, gozarnos y celebrar con todas nuestras fuerzas la victoria de nuestro Señor?
También se ha comparado a los ministros de Dios con los árbitros de fútbol en este sentido: Entre menos atención se lleven mucho mejor; en cada oportunidad donde la persona ministre, debe saber que las demás personas no vinieron a verlo a él, sino a Él.
Bueno, pero en esta ocasión, usaremos la parábola 2-1 para reflexionar y extraer una enseñanza para nuestras vidas:
La vida es un gol a favor y la muerte es un gol en contra. El momento en que naciste no cuenta como gol porque tú no hiciste nada para conseguirlo, no es un mérito tuyo, más bien es el pitazo inicial del juego. Lo que sí es un gol, es el momento cuando naciste de nuevo, pues fue tu decisión, fue un paso que tú diste, un gol que marcaste y que no se te olvidé, si no marcas este gol, es imposible ganar el partido. Juan 3:3.
La muerte es el gol en contra que todos recibimos, pues recuerda que «… la muerte pasó a todos los hombres por cuantos todos pecaron.» Romanos 5:12b.
1-1 y las posibilidades de perder o de ganar están latentes y dependerán de todo lo que hagas luego de haber marcado el primer gol. Algunos creen que el bautismo es el fin de todo y que con ello es suficiente para ganar el juego. ¡No! El bautismo es necesario, pero es el comienzo de una nueva vida, donde debes amar a Dios, servirle y guardar todos sus mandamientos.
La diferencia aquí, con un juego de fútbol es la siguiente:
1. El árbitro será quien nos dará el gol a favor: La vida eterna, para ganar el juego 2-1 o el gol en contra: La muerte eterna, para perder el juego 1-2.
2. Nuestro árbitro o juez sí hará bien su labor, pues Él juzgará con justicia. Hechos 17:31.
Ese día, no veremos como hoy su lado bondadoso, misericordioso y de amor, sino su lado justo y recto. Es la gran final y no hay ida y vuelta. ¡Yo quiero estar preparado! ¡Yo quiero ganar 2-1!